TIERRA HOTELS - Patagonia

 Torres del paine watercolor illustration by Antonia Reyes Montealegre @paraiso__perdido

Con cada pincelada iba recordando cómo fue la caminata de aquel día.

Levantarse con el sol y empezar desde muy temprano, una ruta no tan alta pero sí larga y empinada hacia a la base de las Tres Torres del Paine. En esas ambivalencias que tiene la primavera, había sol y también nieve. Los ñirres y las lengas estaban recién dando sus primeras hojitas y el bosque verde nos acompañó todo el primer tramo. La época del año es perfecta para aprovechar de subir con algo más de pausa, pues transita la cantidad precisa de montañistas como para no sentirse perdido en el camino ni tampoco interrumpido por la multitud. 

Torres del Paine in Patagonia by Antonia Reyes Montealegre @paraiso__perdido

 

 Viajar con el objetivo de encontrar inspiración lleva a priorizar la solitud y la contemplación. Vale la pena tomarse el tiempo de entender lo significativo de ese término: Soledad es la descripción de estar solo y querer compañía, el término solitud en cambio puede usarse para describir el deseo natural de estar en la compañía de uno mismo. Podría pasar que en la temporada alta de verano esta ruta convoque a un número mayor de transeúntes, pues es finalmente una de las excursiones más bellas y escénicas para recorrer cuando se visita el parque nacional Torres del Paine. En esta ocasión la primavera benefició en todo sentido.

Torres del Paine - Patagonia, by Antonia Reyes Montealegre @paraiso__perdido

A medida que iba subiendo los árboles quedaban atrás. La nieve se fue haciendo más gruesa y hubo que recurrir a los crampones para continuar. El grado de la pendiente aumenta al acercarse a la cima y con ello el atractivo del desafío. Había mucho sol y el reflejo sobre el hielo me fue quemando un poco los ojos, pero no lo suficiente como para ver la montaña de forma incómoda, todo lo contrario. Su magnificencia te conquista en cada tranco y sucesivamente los estratos de la pendiente van ofreciendo un escenario diferente. Esta es una excursión que, dependiendo del ritmo, podría tomar alrededor de 8 horas, por lo que hay tiempo suficiente (y se vuelve un imperativo) sentarse unos minutos cada cierto rato a contemplar y registrar los alrededores. Cómo van variando en el ascenso y evolucionando desde el bosque verde hacia los picos azules, rocosos y cubiertos de nieve.

Sabía que en la cumbre había más que una panorámica; iba a encontrar también una experiencia y una reflexión. Lo único que podía llevar de vuelta conmigo, y lo más valioso también. 

Torres del Paine - Patagonia by Antonia Reyes Montealegre @paraiso__perdido

Es curioso, la montaña hace las veces de un magnífico espejo y nos refleja algunas de las contradicciones del espíritu humano. Su grandeza e infinitud nos enfrenta a nuestra propia pequeñez, pero que tremendos nos sentimos nuevamente cuando, parados al fin en la cima, consideramos el tramo recorrido y saboreamos el triunfo del ascenso. Hemos sobrellevado el desafío y podemos al fin apreciar el horizonte de la cordillera desde la altura.

Al volver pinté una acuarela casi del porte de una miniatura, precisamente para acordarme de lo inmenso e infinito que se sentía todo estando allá arriba. Plasmar a mano la experiencia del paisaje es también una situación muy única y personal. Como herramienta de registro y narración parece no encontrar reemplazo; pues es el mejor representante de la experiencia personal del descubrimiento. Pincelada a pincelada iba construyendo la imagen sobre el papel de algodón, capa por capa hasta retratar cada una de las tres torres. Un proceso lento y paciente, de reflexión y contemplación, tal como el del ascenso paso a paso del artista por la montaña.


Texto, fotos e ilustraciones por Antonia Reyes Montealegre / @paraiso__perdido