Caminar […] mantenía juntos a mis pensamientos, formando complejos patrones, mientras que las amplias praderas me abrían las reflexiones en vistas anchas de sentimientos, me brindaban ideas sobre el arco extenso de mi vida y el desarrollo del mundo. Cuando el sol naciente trepaba por los cerros, podía ver como su luz rodaba hacia mí por el campo y encendía los pastos y las florecitas silvestres desperdigadas; el aire se cargaba con su calor a medida que se acercaba y al fin estallaba también sobre mí, hacía relucir mis superficies desnudas y me envolvía en la sonrisa de la mañana […] yo podía sentir como los pétalos de mi cerebro se abrían poco a poco para recibir ese calor. La luz del sol era un estado de ánimo que coloreaba todos mis pensamientos mientras caminaba […]
Aquí […] la mente parece una cosa vasta, abierta y calma. Los pensamientos que suben a la vista, los saberes cimentados, las flores brillantes de la sensación, todo está aquí, en un equilibrio envolvente, permeado por un silencio que se hincha y respira con los ciclos de la luz.
Fotografías: Antonia Reyes Montealegre @paraiso__perdido
Texto: David Abram, Devenir Animal.
